El Perú tiene algunos lazos con Camboya, aunque no parezca. Hace 20 años, cuando surgió Sendero Luminoso y se descubrió que su  capacidad destructiva,  hubo quienes compararon sus acciones con la guerrilla y partido Jemer Rojo, quien tomó el poder el país asiático, pasando a la historia como uno de los peores genocidios del siglo XX.

Las comparaciones saltaron a la vista cuando un funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. advertía que el Perú podría caer en manos de Abimael Guzman y su grupo y convertirlo poco menos que en una carnicería. La comparación por el uso indiscriminado de la violencia, por tener ambos lideres carismáticos (Pol Pot y Abimael Guzman) que se ocultaban y una ideología totalitaria, hizo pensar que ese sería el destino peruano.

Aunque el líder de Jemer Rojo murió en medio de la selva camboyana, olvidado por el mundo, sus principales lugartenientes  en cambio serán enjuiciados  por  un tribunal de la ONU y deberán responder por sus crímenes.

Como informó EL PAIS: "Los acusados son Khieu Samphan, de 79 años y presidente del que el Jemer Rojo llamó Gobierno de Kampuchea Democrática; Nuon Chea, de 84 años el hermano número dos del régimen; Ieng Sary, de 85 años, que desempeñó el cargo de ministro de Exteriores; y su esposa, Ieng Thirit, de 79 años y por entonces titular de Asuntos Sociales. Los cuatro, que han rechazado las acusaciones en reiteradas ocasiones, no han mostrado ninguna emoción durante la lectura de las declaraciones iniciales, en un proceso televisado por la cadena nacional."

Qué cosa responderán será muy interesante. Desde los juicios realizados a Adolph Eichmann, por el que Hanna Arendt  acuñó el término la banalidad del mal, hemos visto a los criminales de guerra como personas muy simples que en determinadas situaciones sencillamente solo obedecen ordenes e ignoran su conciencia. Sin embargo en el caso camboyano, todos estos son personajes de la élite política de la alta dirigencia, que no podrán decir que solo obedecían ordenes sino que también tomaban decisiones.